miércoles, 15 de octubre de 2008

Todas Las Noches Juntas.


Me dejaste inhabitado,
exiliado de tus placeres.
Negaste amamantarme de tus pechos por las noches,
por eso mi aliento taciturno se eleva en tu búsqueda con desesperanza.
Mi garganta se llena de fuego,
presa de la agonía,
pues los ángulos de ésta pieza,
violenta en su geografía,
sólo encuentran mi cuerpo cada vez que la recorro de par en par.
Quedo inconsciente en la penumbra del olvido,
y aunque es probable que tú sigas tu camino,
entre huesos y placeres,
una vez más
-y todas las noches juntas-
siga quedando inválido,
por falta de tu cuerpo sexo luz.

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