Hoy, las piedras terminaron de golpearme,
de azotarme contra el muro.
Han roto mi centro,
dejándome devastado,
inconcluso,
inexistente,
inerte,
desfragmentado en cuatro puntos cardinales.
Hoy, rasgaron mi piel debajo de ésta,
la hicieron añicos y se la devoraron,
mañana tendré que zurcir mi nueva dermis,
con angustia,
con temores,
con intentos (vanos),
con un hilo in-comprendido,
agotado,
exhausto,
inhabitado de todos los hemisferios del ser.
He quedado devastado,
desarmado como un muñeco olvidado.
Desmembrado y sin fuerzas,
sin ánimos;
inconstante,
como si en mi norte gritara,
y en mi sur callara.
como una carretera que va hacia la nada,
que da al vacío,
que da al abismo,
una y otra vez,
me dirijo.