
Yo podría,
prenderme fuego,
extinguirme en las cenizas,
quedarme en ellas,
como una serpiente enroscada,
esperando tus señales,
para devorarte una y otra vez,
y escucharte pedir que pare,
para volver a empezar.
Yo podría,
convertirme en árbol,
de un segundo a otro,
darte frutos de sudor,
y volver a ser semilla,
el día que te alejes.
Yo podría,
tragarme tus latidos,
comerte el corazón,
usar tu piel debajo de la mía,
y hacer de ella mi coraza contra el mundo.
Yo podría,
cazarte como un lince,
tenerte por el cuello,
agazaparme a tus carnes desnudas,
convertirme en piel muerta,
ser el cazado al fin y al cabo.
Yo podría,
Ser viento y marea,
desfragmentarme en tu geografía,
decantar en tu vacío,
ser un allegado en tus sueños,
la oscuridad en las noches,
las sábanas que te cobijen.
Yo podría,
ser esto y lo otro,
ser todo o ninguno.
Si tan sólo prosiguieras mi existencia,
mis pasos atrasados,
mi inocencia tardía,
tu sonrisa perdida.
Si tú quisieras,
Si tú me vieras,
Si tú entendieras.
Entonces, yo podría.
Yo podría.